sábado, 5 de julio de 2008

Sendero Mato Grosso


La obra de los sacerdotes que dirigen la Operazione Mato Grosso se puede resumir en una sola frase: convertir a fariseos en cristianos de acción. Desde hace treinta y seis años preparan a jóvenes de las zonas rurales de Ancash en labores agrícolas, de carpintería y de apoyo social. Lo curioso del caso es que los adeptos siguen una consigna que podría pasar por acto de locura: "Deja tus coasas, regala tu tiempo libre, apoya con tu sueldo, sé solidario".


Iglesia de Chacas - Ancash


El 1 de octubre de 1992 el sacerdote italiano Giulio Rocca fue asesinado por el Sendero Luminoso. Su compañero y compatriota, Daniele Badiali, escribió una carta dirigida a su superior, Ugo de Cenzi, refiriéndose al doloroso suceso. El mensaje terminaba con la siguiente frase: “Jesús premió a Giulio con una muerte parecida a la suya. Coraje, nuestro camino lleva a la santidad más perfecta, al martirio. La Operazione Mato Grosso nos prepara para morir”. Poco tiempo después, el padre Badiali fue secuestrado y asesinado por las huestes de Abimael Guzmán, remarcando crudamente los desafíos de ser misionero.

Badiali y Rocca pertenecían a la Operazione Mato Grosso (OMG), una organización fundada por Ugo de Cenzi que combate activamente la pobreza y el individualismo sudamericano. Nacido en Polaggia, un pequeño pueblo de la provincia de Sobrio, Italia, De Cenzi ha dedicado toda su vida al trabajo educativo con adolescentes difíciles, sin familia y con problemas de conducta. Al final de los años sesenta de padre Ugo, luego de la visita de Pietro Melesi –sacerdote en Brasil –se interesa particularmente por América Latina y en 1967 envía al primer grupo de jóvenes a apoyar la zona del Mato Grosso. En el 72, se establece definitivamente en nuestro país y de ahí en adelante realiza un constante trabajo de campo en las zonas más pobres de la sierra peruana.

Giuseppe Colombo, un joven italiano, hace cinco años que es un matogrossino. Cuenta que en un viaje al Perú se enteró de la OMG y del sello que tenía esta obra. De regreso a Italia, se interesó de manera particular por este movimiento y decidió trabajar activamente en él. A mediados del 2006, casado y con una hija, él y su esposa decidieron venir al Perú y apoyar la misión por un periodo de año y medio.

“Lo que más me ha tocado el corazón es la ayuda gratuita y la solidaridad hacia los pobres que el Padre De Cenzi da a través de su obra”. Comenta Giuseppe.


La OMG realiza dos trabajos paralelos. El primero, en Italia, consiste en la recolección de recursos económicos y alimentarios. El segundo, en América Latina, apoyando activamente las obras realizadas. Los mismos jóvenes que colaboran en Italia, vienen en el verano y por un periodo de cuatro meses trabajan en el Perú. Con frecuencia, los misioneros de la Operazione Mato Grosso deciden quedarse por varios años e incluso algunos se establecen de por vida, superando las duras pruebas a las que el entorno andino los somete, como ocurre en la zona rural de Huaraz, Carhuaz, Huari donde están desde hace más de treinta y cinco año.


En estos lugares, con el párroco de Quirvilla, un pueblo que está a 2 200 m. s.n. m., la OMG se dedica a recaudar fondos. A su vez, da trabajo quincenal a más o menos 30 obreros en labores agrícolas, ofrece el servicio de Oratorio, da catecismo a los chicos y dirige el taller de artesanos Don Bosco. Este último es particularmente interesante por sus trabajos y proyección.

El 19 de mayo este taller inauguró una exposición denominada “Los dones del sol” que tuvo como escenario la Ex- Iglesia Compañía de Jesús, en Trujillo. Al ingresar en el oratorio de tendencia barroca, la primera pieza que recibe al espectador es una impactante repisa de dos cuerpos, cuya parte superior está unida por un delgado puente que muestra el hermoso tallado de un dios precolombino. Sobre esta estantería, un sonriente Sol, del mismo estilo y labrado en cobre, da la bienvenida a los asistentes.

Al atravesar este portal, el montaje realizado por la arquitecta Rosa Colombo presenta, a diestra y siniestra, pequeños ambientes que nos remontan al concepto del hogar. La primera pieza es un juego de comedor tallado en pino. Su belleza radica en la locura del diseño del aparador, una media luna es la inspiración. Esta pieza es estéticamente complementada por los detalles de las sillas –pequeños escalones tallados a mano –que destacan de manera sutil los conceptos estéticos de los antiguos incas.

Los artesanos del taller Don Bosco, graduados en carpintería y con un ilustrado criterio del arte, no sólo se inspiran en las culturas del incanato. En un espacio cálido y privado, hay una pequeña representación de un altar que embeleza a los espectadores. El ara, tallado todo en caoba, muestra detalles de olmos de trigo hechos en pan de oro por un virtuoso artesano, quizá un maniático de la belleza. Sobre las paredes, como complemento a esta pieza, varias figuras de la Madonna, del Cristo y de San José adornan inocentemente el ambiente y muestran, de manera cándida, su tendencia naïf y prerrenacentista.

Siguiendo el recorrido, en el centro de la iglesia, una curiosa licorera es la protagonista de todo el evento. Su extraña forma puntiaguda, los finos tallados con motivos preincas y la atípica forma de abrir los compartimentos, son puntos de atracción que dejan anonadados a los espectadores. Si algo caracteriza las piezas estos artesanos, es que nada se desperdicia. En las pequeñas mesas, los adornos cincelados sobre el mármol acompañan perfectamente los tonos oscuros de la caoba.

Por último, en lo alto de la Iglesia, seis sillas adornadas con peculiares detalles son las reinas de la exposición. Con respaldares rectangulares, de media luna y en forma de numeral, cada una muestra una personalidad propia, y en conjunto, se vuelven una seductora pieza de arte. Sólo queda agregar, que el ensamblaje de las piezas en cada obra son unidas entre si. Ninguna necesitó de clavos, pegamentos u otro elemento externo. Sutilezas de una ebanistería producto de la fusión entre la capacidad peruana y la vieja tradición de una Brianza carpintera.

Hemos conocido –a grandes rasgos –la fuerte influencia de la Operazione Mato Grosso. Personas que han optado por dejar su mundo, cargado de comodidades y excesos, realizan día a día una obra concreta a favor de los pobres. Un trabajo de fatigas y retos, pero de sinceridad y apoyo. De verdaderos misioneros que se soltaron de la familia, las parroquias, la nación y escogieron el camino de los hechos.

Algo que resaltó Giuseppe Colomo del padre De Cenzi fueron las palabras de motivación para sus jóvenes: “Deja tus cosas, regala tu tiempo libre, apoya con tu sueldo, sé solidario”. Una lección que hoy por hoy va a contra corriente, pues pretende integrar a la gente en vez de hacerla individualista. Un discurso que escandaliza a los profesionales y a los seudo creyentes; un consejo utópico y alquimista. Una alquimia que ansía convertir a fariseos en cristianos de acción.


Con la investigación de Emilie Kesch
Publicado en día30


2 comentarios:

ArCaNo dijo...

hola, miras la fotos de mi blog, hace poco estuve por Chacas..

Anónimo dijo...

Me parese bien el proposito misionero de los curas italianos, pero me parese mal como se explota a la Jente que no tiene otra opsion de aceptar su realidad o se enrrolan o se quedan, pero son buenos años de la presencia de los matos y solo se tiene un buen hospital y una buena iglesia y lo demas es esclavitud caritativa, ¿Jesus permitiria eso?, bueno derrepente la poblacion a mejorado su nivel pero a costa de ipotecarse corporal y espiritualmente a estos italeanos que muchos de ellos bienen a reformarse y esperemos que no sea para labar dinero ni para los que estan en lima vivan como dioces con todo , acosta del sudor de los conchucanos y de los cusqueños y brasileños y hombres hijos de Dios que tambien tienen dignidad como los italianos. amen