Hablar, hablar y seguir hablando.
Hablando, hablando
y de tanto hablar estoy cansado.
Accionar es lo que quiero, ahí se esconde la revolución.
La verdadera revolución, de la que tanto hablo,
pretende alcanzar más que un simple discurso.
El discurso es bueno,
si es que produce la acción:
la acción de educar, la fuerza de la cualidad y la pasión de crear.
Fortalezcámonos con las raíces del pasado y los frutos del futuro.
Creemos un presente de cambios y evolución,
hagamos una realidad de solidaridad y educación.
lunes, 13 de abril de 2009
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