Hay dos sucesos históricos, dentro de las cosas producidas por la Europa, que lamentablemente en la sociedad peruana no se penetró: La Ilustración y Mayo del 68.
La consecuencia del primero, como lo diría hace un siglo José Carlos Mariategui, fue la instauración de una burguesía feudal que gozó exquisitamente los beneficios de este nuevo estilo de vida y obvió la vanguardia intelectual que se cosechaba desde el siglo XVIII en el viejo mundo; siendo así una clase social abusiva y retrógrada. La segunda, causada por la negación a las reformas setenteras que se vivían en casi todo el mundo es el neoesclavismo a las minorías sociales que, si analizamos cuidadosamente, resultan ser las mayorías demográficas.
El sometimiento y la actitud servil que hoy nos caracteriza a los peruanos, es fruto de la trágica actitud de amurallarse a las reformas que eran luchadas por el Feminismo, la Teología de la Liberación, el Movimiento Negro, el Movimiento Hippie y el Socialismo.
Como fruto del estancamiento masivo en la intelectualidad del país, se desarrolla para nuestra generación –acreedora de duros adjetivos que resumen nuestro autismo social, escasez de solidaridad y tendencia por la depredación ecológica –el clásico estereotipo servil que el empresario y autor de manuales de “emprendimiento financiero” bosqueja en el personaje principal de su última obra, “La historia de María”.
María, mujer, pobre y, seguramente, muy cobriza, afirma a lo largo de su historia que la servidumbre es la clave del éxito en el mundo comercial. En la actualidad, el neoliberalismo ha fomentado un mercado tan desenfrenado, que debido al exceso de ofertantes, el consumidor –consumista, además –tiene el poder de imponer sus condiciones y dar la última palabra, pues si la empresa no lo satisfacen, tendrá todo el derecho de patalear, gritar o simplemente voltear a su derecha y escoger entre las cien mil manos que a su alrededor le ofrecerán lo que cree desear y mucho más.
Los nuevos empresarios han llegado a tal barbarismo de saturación del mercado, que han sobrevalorado la importancia de la clientela, como si esta fuera la única pieza que garantiza el éxito empresarial, olvidando a sus trabajadores y que sin ellos, NADA habría para ofrecer a la demanda.
Este hecho ha desencadenado una constante explotación en los trabajadores de dichas empresas: realizar masivamente productos a bajo precio, ha sido sostenible sólo gracias a las políticas que apañan el subsueldo de los obreros, campesinos y personal de las empresas. De igual forma, el de estos consorcios es posible gracias al reclutamiento de personal que trabaja sin un contrato previo o con uno que no garantiza nada, a la supresión de un seguro social, a la prohibición de formar agrupaciones organizadas y a la sumisión servil que garantiza un "aprendizaje experimental" como tierno complemento al devenir de sus vidas.
Pero los trabajadores no trabajan para soportar estas políticas laborales y "aprender" de ello mediante una sorpresiva enseñanza de la vida, como lo afirma María. El campesino trabaja ocho horas, el obrero diez y el empleado cerca de catorce para ganar un sueldo que soporte su estilo de vida y el de su familia, estilo que muchas veces se limita a la sobrevivencia diaria.
María, si dejara de reconocerse como sirvienta y empezara a aceptarse como proletaria, en sus historias, exigiría a los empresarios que los trabajadores deben tener sueldos dignos y contratos que los respalden; alentaría a los suyos a formar sindicatos que sean nexos de comunicación, enseñaría de garantías y remuneraciones. Sólo así se puede hacer un sano intercambio de objetos –entiéndase también servicios –entre la empresa y el cliente, en lugar de una vergonzosa sumisión.
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1 comentario:
yago, por qué no mejor nos cuentas tus opiniones acerca del libro Cambio de Palabras de César Hildebrandt.
Conozco personalmente a nano guerra, créeme que él es el primero en admitir que la literatura no es su fuerte, te aseguro que es una buena persona, totalmente desinteresada, cobra más de 800 dolares por dar una conferencia en la camara de comercio, y luego se va a la upn o cualqur universidad y da la misma conferencia totalmente gratis, yo lo he visto personalmente, eso para mí es de admirar.
además muchas otras cosas, bueno pero no pongo las manos al fuego por nadie.
en lo que hablas del pueblo y la clase trabajadora y los sueldos justos, mira, los profesores de colegios nacionales ganan más de mil soles, nunca han ganado tanto en toda la historia del perú, y los colegios de la sierra estan mas abandonados que nunca, mas abandonados, es triste trabajar pensando solo en el sueldo, he visto a profesoras en colegios privados ganando mucho menos que hacen un muchisimo mejor trabajo.
lo que jode es que el estado solo sirve para cobrar impuestos a todo, puta eso es recontra jodido, así muy pocos pueden progresar, es muy jodido eso en el perú.
saludos, espero aceptes mi comentario
amigo yago
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