sábado, 9 de junio de 2007

El Satanismo, la nueva salvación


F: “¿Quién eres tú?”
M: “Parte soy de esa fuerza que siempre quiere el mal y siempre el bien provoca”.
Fausto- J.W. Goethe



Satanás, que significa adversario, es el ser que niega cualquier concepto de la palabra de dios. Ciertamente, el nombre resume las características de este extraño ser y las personas que siguen la ideología de Satanás, un ser aparentemente oscuro, se les llama Satanistas (no satánicos). Ellos se oponen a las leyes eclesiásticas y van en contra del cristianismo. Pero dejando de lado un poco la teología -ya que no todos tenemos la mala suerte de estudiarla -y enfocándonos en la sociedad, quisiera saber ¿Qué concepto tenemos sobre dios?
Desgraciadamente no podemos saber el concepto de todos pero más o menos podemos entender que para la mayoría, dios es aquel ser que calma la ansiedad del saber, volviéndose el medio más fácil de alcanzar el conformismo y la subordinación. Es el director que maneja y manipula las acciones de los “corderos” a “SU” voluntad, de la misma forma que lo hace la suerte o el destino. Dios también, ya según mi deducción, es aquel arquetipo que se ajusta a los objetivos de los de arriba (ricos, políticos y gente que se encarga de manipular las ideas y pensamientos).

¿Por qué? Bueno porque la sociedad occidental está acostumbrada al criterio del poder que la iglesia católica se encarga de difundir, creando nuevas estrategias para seguir bajo este régimen de hipocresía y conveniencia.

Ahora bien ¿Por qué propongo el satanismo -hipotética y efímeramente hablando -como fuente de salvación social? Evidentemente no porque crea en Satanás o porque esté dispuesto a realizar los rituales (que no tienen nada que ver con sacrificios de niños) propios de este movimiento; la razón es que me parece interesante estar en contra de lo que se nos obliga a realizar sin alternativa de cuestionar y mucho menos sin respuestas a cambio.

Por años, la iglesia católica opacó y obstruyó el desarrollo de la humanidad (sino averigüen lo que paso con Galeno, Galileo Gelilei y Giordano Bruno, o le que tenía que hacer Da Vinci para estudiar el cuerpo humano), destruyó vidas (cacerías de brujas, cruzadas, la inquisición y la conquista de América) y sobre todo, se aprovechó y enriqueció a costa del hambre de otros pueblos; irónicamente exigiendo siempre templanza, caridad, honestidad (lo dicen los mandamientos: No Robarás, No Matarás) y todos los sinnúmeros de acciones reconocidas como valores, principios o mejor dicho órdenes que debe acatar cualquier cristiano íntegro.
Pues bien, sin estar en contra de los honestos y los que les gusta hacer las cosas bien yo me pregunto ¿No es un poco contradictorio difundir un mensaje de templanza y caridad cuando se tienen antecedentes de hurto, homicidio, conveniencia y avaricia (que por cierto es uno de los pecados establecidos por ellos mismos)? ¿Cómo puedo seguir una institución que se contradiga en cada propuesta suya? ¿Será que estoy tan desesperado por encontrar un consuelo que acepto la ceguera antes que la razón?

Pongámonos a pensar un poco ¿Algunos de ustedes son verdaderamente católico, completa y perfectamente tal cual lo manda las escrituras, o simplemente lo que sienten es un fanatismo y un enorme placer por el culto a todos los trastornos sociales como el placer por la muerte, la virginidad, la castidad y el egocentrismo? Y si no lo son entonces ¿Por qué dicen serlo? ¿No es eso hipocresía? ¿No es un acto masoquista pasar una bochornosa situación al contarle los secretos más íntimos a un hombre con el que jamás han hablado y que está dispuesto a hacerte sentir tan sucio como le sea posible por tus acciones, sabiendo que ese arrepentimiento se esfumará en la calle y se volverá a la misma situación? ¿No es absurdo pasarse toda una vida real pensando en cómo será una vida hipotética? ¿No es mejor hacer las cosas AQUÍ, AHORA en lugar de planificar un futuro teórico? Como estas, hay muchas otras interrogantes que cada persona que dice ser cristiano o creyente debería hacerse, porque a partir de la religión nacen todas las costumbres y trastornos sociales: guerras, intolerancia, discriminación y otros mencionados.

Con este texto, no quisiera evidenciar mi contrariedad hacia la fe, todos la tenemos, el problema es cuando hay un exceso de confianza en la fe y una tremenda desconfianza en las acciones y la razón, porque en ese momento la fe se convierte en fanatismo y mezclado con la desinformación se crea una ceguera que termina limitando al ser humano. Desgraciadamente, el creyente sufre un mal de idealización que daña gravemente su mente y sobre todo enfrasca su panorama de conocimiento, cerrando las puertas de nuevas ideas, haciendo criticar otros estilos de vida y creencias, volviéndolos sumamente egoístas y presumido al asegurar que solo SU dios es el verdadero.

Finalmente dios es algo tan poco probable que debe estar completamente desligado de la rutina social, sino seguirán apareciendo líderes que quieran aprovecharse del exceso de confianza, abusando del visio del engaño. Si siguiera la cadena, ténganlo por seguro que también aparecerán cada vez más “satanistas” como yo que cuestionarán la excesiva manipulación que tiene la fe sobre la humanidad.

No hay comentarios: